Fin a la era del dinero barato

Fráncfort, 24 ene (dpa) - Las especulaciones en torno a un pronto abandono de la política monetaria ultraexpansiva probablemente se verán frustradas, advirtieron expertos del banco semiestatal alemán BayernLB. Tampoco espera señales de una pronta subida de las tasas el analista del Commerzbank Michael Schubert.

El banco emisor europeo decidió en octubre prolongar por lo menos hasta finales de septiembre de 2018 el multimillonario programa de compra de deuda soberana y de títulos de empresas, pero reduciendo a partir de enero su volumen a la mitad, de 60.000 a 30.000 millones de euros (74.000 a 37.000 millones de dólares).

Con esta medida se busca conjugar la retirada de estímulos con el mantenimiento de un euro fuerte para evitar posibles terremotos en los mercados.

Todo parece indicar que los tipos de interés de referencia se mantendrán en el mínimo histórico de cero por ciento. Los economistas calculan que no habrá alzas hasta el año próximo. También estiman que se mantendrá invariable el interés de depósito que el Banco Central Europeo cobra a los institutos crediticios de la eurozona, en la actualidad del 0,4 por ciento.

El BCE puso en marcha en marzo de 2015 un multimillonario programa de compra de activos públicos y privados en aras de impulsar la inflación y apuntalar el crecimiento económico.

A medio plazo, el banco europeo aspira a que los precios aumenten a un nivel por debajo pero cercano al dos por ciento anual. En diciembre, el índice de inflación de la eurozona se ubicó en el 1,4 por ciento.

El plan fue muy cuestionado en países del norte europeo como Alemania, donde incluso algunos políticos acusaron ante los tribunales al presidente del BCE, Mario Draghi, de extralimitarse en sus funciones al intervenir directamente en la política monetaria de los países y de estar financiando presupuestos estatales.

También genera expectativa la evaluación que Draghi pueda hacer de la actual apreciación del euro, que hoy alcanzó su nivel más alto desde diciembre de 2014. El BCE fijó la cotización de referencia en 1,2352 dólares, impulsado por la caída dólar ante el anuncio del presidente Donald Trump de medidas proteccionistas, en concreto del cobro de aranceles de importación a paneles solares y lavadoras.